Había una vez un perro amarillo con ojos verdes que cada vez que salía a pasear lo miraban raro. No solo porque era amarillo y sus ojos verdes, lo miraban mucho más raro porque no tenia cola.
Él se sentía bastante triste. Un día decidió no darle más importancia. Se hizo famoso, todos les pedía la firma y llegó a su casa sin las patas mojadas de sus lagrimas.