Había una vez un erizo que iba caminando por el bosque y se encontró con una planta que tenia muchas espinas. Al erizo le dio curiosidad saber que tenia esa planta entonces se metió pero no saben lo que paso...
Se había encontrado un enorme oso violeta. El erizo le preguntó hace cuanto estaba ahí. El oso le contó toda la historia que decía así... "Señor erizo yo me encuentro aquí hace más de dos años. Estoy acá porque estaba jugando tranquilo una tarde y me quede atrapado".
El erizo le preguntó - ¿Y no has intentado escapar ?- el oso le contestó - Si pero es inútil-. El erizo le preguntó por qué creía eso. El oso le contestó - He intentado salir pero me he clavado espinas - y en ese momento al erizo se le ocurrió una idea -Me voy a clavar yo las espinas-. El oso impresionado le preguntó si estaba loco. El erizo le explicó que si se clavaba el las espinas iba a poder cortar la planta y salir.
Así fue, el oso y el erizo salieron del arbusto de espinas. El erizo muy contento dijo - Viste yo te dije que funcionaria - el oso dijo tenías razón. A partir de ese momento el erizo se quedó con las espinas para siempre.